Clara Neches y Elena Sanmartín
Querida lectora,
En primer lugar, esperamos que te encuentres cómoda y relajada. Deseamos que esta lectura te llegue en un momento de descanso o, al menos, te ayude a distanciarte de la interminable lista de tareas pendientes que probablemente tengas en mente en este momento. Esto que a continuación te presentamos es una selección de fragmentos de las ocho cartas que nos enviamos entre nosotras durante los meses de mayo y junio de 2022 y en las que hemos ido compartiendo (desde el espacio seguro que nuestra amistad nos permite) nuestros malestares (en los que quizá te veas reflejada) mediante la construcción de un escenario imaginario que se alimenta de afectos y vulnerabilidad. Este ha tomado la forma de un jardín que ha germinado al mismo tiempo en tanto que espacio de pensamiento y de correspondencia (virtual), como también de intercambio.
Querida Clara,
(…) Me ilusiona saber que pasaremos los dos próximos meses rompiendo esta lógica; tratando de abrir grietas que nos permitan afectarnos y dejarnos afectar a través de nuestro intercambio virtual. (…) Tomando como punto de partida estas dos ideas: la del jardín como espacio de pensamiento y la de la ficción y la fantasía como intersticio para imaginar otros mundos posibles, me gustaría invitarte a que juntas pensemos, imaginemos y diseñemos nuestro propio jardín, de tal modo que no solo recoja nuestras preocupaciones y contextos, sino que piense y dibuje desde lo propositivo un espacio habitable y deseable; un lugar que desde lo afectivo nos permita subvertir y transformar esta realidad precaria que nos atraviesa. (…) Esta precariedad entendida como una fuerza que se lleva por delante seguridades, valores, formas de vida y existencias; algo que no solo permea nuestro contexto como trabajadoras culturales, sino que se materializa en cualquier otro ámbito. (...) Para que puedas entender a qué me refiero con esta invitación, empezaré yo misma. Me gustaría iniciar proponiendo que la entrada o múltiples entradas al jardín sean espacios para el descanso compartido y la contemplación. (...)
Estimada Elena,
(…) Desde que leí tu carta, he estado dándole vueltas a la cantidad de personas de mi entorno que también parecen sentirse como esas hojas, flotantes a la fuerza, viviendo en ese “entretanto” que percibe la escritora y filósofa Remedios Zafra, y que nos impulsa a combinar una cantidad ingente de proyectos, encargos y trabajos con la esperanza de que algún día se transformen en estabilidad y emancipación. (…) Quería hablarte de una fotografía que vi en la exposición Botánicas y que me ha ayudado a pensar la necesidad de crear un espacio festivo en nuestro jardín. (...) La fiesta que propongo se concibe no sólo como atmósfera de evasión, a la que acudir al final de largas jornadas en fragmentarios trabajos precarios, sino también como un lugar de encuentro para la colectividad. Imagino, por un lado, una fiesta silenciosa, para no perturbar a quienes estén en el rincón del descanso compartido y la contemplación. (…)
Echadademenos Clara,
(…) Releyéndonos, pienso que es importante que seamos conscientes de que este jardín será de quien lo quiera (y pueda) habitar, pero que seguro estaremos dejando fuera muchos espacios que otras necesitarán y que a nosotras no nos han surgido. Ojalá en un futuro podamos ser muchos cuerpos reconstruyéndolo, reubicándolo, proponiendo, añadiendo o eliminando. (…) De este modo, y en relación a lo que menciono anteriormente sobre los deseos de otras, me gustaría que, si vamos a construir espacios relacionales, incluyamos la idea de antagonismo, conflicto y disenso. Este no tiene por qué ser un lugar incómodo ni violento. Simplemente, un paréntesis en el que poner en debate las diferentes opiniones, deseos y necesidades de cada una de las personas que pasen o habiten el jardín, abriendo la posibilidad de que este sea cuestionado e intervenido. (…)
Querida Elena,
A medida que nos escribimos y leemos, cada uno de los espacios e infraestructuras que vamos sumando al jardín lo configuran como una naturaleza customizada y una suerte de oasis imaginario. (…) Me gustaría sugerir que dentro de este lugar no se permitan los productos de usar y tirar o las iniciativas que animen al consumismo. De esta forma, la siguiente propuesta podría ser un taller de reparación donde se dote de una segunda vida a objetos aparentemente inservibles, que ponga en relación al ser humano y la naturaleza y que sirva como punto de encuentro intergeneracional, para que se participe de forma colectiva en la creación de herramientas y escenarios de futuros más sostenibles. (…)
Admirada Clara,
(…) No es tanto esta idea de futuro (donde el ecologismo está en el centro) lo que me interesa (aunque también), sino el plantearnos la necesidad de hacer un ejercicio de resistencia por tratar de alimentar nuestra fantasía y ficción de imágenes y modos de vida que nos permitan imaginar un porvenir deseable. El jardín que estamos construyendo ya tiene mucho de esto, pero te propongo generar un espacio con juegos y herramientas que nos ayuden a pensar estos otros modos de hacer (…) y cuestionar así la lectura histórico-lineal e inorgánica del mundo e imaginar el futuro mediante otras herramientas que no sean las del progreso como lo hemos imaginado. (…)
Valoradísima Elena,
(…) Propongo una sala de proyecciones al aire libre para el jardín (…), es decir, algo similar a un cine de verano en el que se hagan ciclos temáticos sobre los asuntos que estamos abordando en nuestra correspondencia (...). Podríamos empezar, por ejemplo, con la proyección de aquellas películas en las que las flores y las plantas son las protagonistas; o con el género ciencia ficción, por su capacidad de ilustrar, performar y enjuiciar el presente mirando hacia el futuro. (…)
Querida Clara,
(…) Lo que te propongo para nuestro jardín y sus diferentes espacios (u oasis) es que estos estén articulados mediante largos caminos a través de los que pasear, con el objetivo de que este paseo, un tanto liminal, te permita dejarte permear por la travesía y por las paseantes que te acompañen en él. (…) Por último, me gustaría invitarte a que la próxima vez que activemos estas cartas que estamos leyendo, las transformemos en un paseo y que los cuerpos sentados que hay ahora, escuchándonos, estén caminando y modelando lo que hasta ahora hemos construido. (…)
Apreciada Elena,
Me apena pensar que esta es la carta que pone punto y final a la telaraña que hemos tejido los dos últimos meses entre Valencia y Madrid. Sin embargo, creo que podemos afirmar que, dentro de nuestro pequeño ecosistema especulativo, hemos sido capaces de metamorfosear la precariedad en fuerza motriz y reducir la distancia entre nosotras mediante afectos portátiles. (…) Volviendo la vista atrás, confío en que las semillas que hemos sembrado den sus frutos y más personas se animen a participar, añadir, construir o reubicar obras, espacios y propuestas en el jardín. (…) Termino esta carta con palabras ajenas que alguien me escribió y que hoy quiero escribirte yo a ti. Y es que, a fin de cuentas, “somos en todo momento jardín”.
Tras esta lectura entrecortada, entendemos que no es fácil imaginar nuestro jardín y que, quizá, de entrada, resulte algo complejo. Por ello, te invitamos a que fantasees y proyectes el tuyo propio (o el vuestro) y le des forma del modo que desees.
Caricias tecnológicas,
Clara y Elena
P.D.: nuestro jardín, además de constituirse de palabras, afectos, quejas y cuidados, tomó forma a partir de una serie de obras, películas, referencias, citas… que quisimos compartir e intercambiar y que aquí dejamos por si fueran de tu interés:
● Antagonismo y estética relacional - Claire Bishop
● Before the dissolution of our marriage my husband and I owned a bar. One day a toilet broke and we brought it home - Bill Owens
● Botàniques - Carles Ángel Saurí y Nuria Enguita
● Caminhando - Lygia Clark
● DiY Culture: Party and Protest in Nineties’ Britain - George McKay
● Ecotopía - Ernest Callenbach
● El jardín como engaño - Rosa Olivares
● El tecnofeminismo - Judy Wajcman
● Entangled - Pablo Sanz
● Fiestas Raras - Fran Quiroga
● Florilegio. Historia Política de las Flores (Tarot-floral) - Equipo Jeleton
● Frágiles: Cartas sobre la ansiedad y la esperanza en la nueva cultura - Remedios Zafra
● Flower Rondeau’ - Nobuyoshi Araki
● Giardino abusivo - Eugenio Tibaldi
● Heartbeat. Construcción de una ficción - Dora García
● La belle verte - Coline Serreau
● Little Joe - Jessica Hausner
● NVCLI (València)
● Ojos que acarician - Diego del Pozo Barriuso
● Recto para llegar al oasis - Álvaro Porras, Raúl Hidalgo y Esmeralda Gómez Galera.
● Ser fragilidad en movimiento - Gabriela Arguedas Ramírez
● Ser raritxs. Vivir en los márgenes - Fran Brives, Fran Quiroga, Putochinomaricón y Viruta
● Una proposición para corregir el mapa de la utopía. De la distopía a la ecotopía en Jardinosofía - Santiago Beruete
● Un bosque en París - Claire Simon
● Un jardín - Marina Gonzalez Guerreiro
● Zur Photosynthese (On Photosynthesis) - Jochen Lempert
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Clara Neches y Elena Sanmartín
Querida lectora,
En primer lugar, esperamos que te encuentres cómoda y relajada. Deseamos que esta lectura te llegue en un momento de descanso o, al menos, te ayude a distanciarte de la interminable lista de tareas pendientes que probablemente tengas en mente en este momento. Esto que a continuación te presentamos es una selección de fragmentos de las ocho cartas que nos enviamos entre nosotras durante los meses de mayo y junio de 2022 y en las que hemos ido compartiendo (desde el espacio seguro que nuestra amistad nos permite) nuestros malestares (en los que quizá te veas reflejada) mediante la construcción de un escenario imaginario que se alimenta de afectos y vulnerabilidad. Este ha tomado la forma de un jardín que ha germinado al mismo tiempo en tanto que espacio de pensamiento y de correspondencia (virtual), como también de intercambio.
Querida Clara,
(…) Me ilusiona saber que pasaremos los dos próximos meses rompiendo esta lógica; tratando de abrir grietas que nos permitan afectarnos y dejarnos afectar a través de nuestro intercambio virtual. (…) Tomando como punto de partida estas dos ideas: la del jardín como espacio de pensamiento y la de la ficción y la fantasía como intersticio para imaginar otros mundos posibles, me gustaría invitarte a que juntas pensemos, imaginemos y diseñemos nuestro propio jardín, de tal modo que no solo recoja nuestras preocupaciones y contextos, sino que piense y dibuje desde lo propositivo un espacio habitable y deseable; un lugar que desde lo afectivo nos permita subvertir y transformar esta realidad precaria que nos atraviesa. (…) Esta precariedad entendida como una fuerza que se lleva por delante seguridades, valores, formas de vida y existencias; algo que no solo permea nuestro contexto como trabajadoras culturales, sino que se materializa en cualquier otro ámbito. (...) Para que puedas entender a qué me refiero con esta invitación, empezaré yo misma. Me gustaría iniciar proponiendo que la entrada o múltiples entradas al jardín sean espacios para el descanso compartido y la contemplación. (...)
Estimada Elena,
(…) Desde que leí tu carta, he estado dándole vueltas a la cantidad de personas de mi entorno que también parecen sentirse como esas hojas, flotantes a la fuerza, viviendo en ese “entretanto” que percibe la escritora y filósofa Remedios Zafra, y que nos impulsa a combinar una cantidad ingente de proyectos, encargos y trabajos con la esperanza de que algún día se transformen en estabilidad y emancipación. (…) Quería hablarte de una fotografía que vi en la exposición Botánicas y que me ha ayudado a pensar la necesidad de crear un espacio festivo en nuestro jardín. (...) La fiesta que propongo se concibe no sólo como atmósfera de evasión, a la que acudir al final de largas jornadas en fragmentarios trabajos precarios, sino también como un lugar de encuentro para la colectividad. Imagino, por un lado, una fiesta silenciosa, para no perturbar a quienes estén en el rincón del descanso compartido y la contemplación. (…)
Echadademenos Clara,
(…) Releyéndonos, pienso que es importante que seamos conscientes de que este jardín será de quien lo quiera (y pueda) habitar, pero que seguro estaremos dejando fuera muchos espacios que otras necesitarán y que a nosotras no nos han surgido. Ojalá en un futuro podamos ser muchos cuerpos reconstruyéndolo, reubicándolo, proponiendo, añadiendo o eliminando. (…) De este modo, y en relación a lo que menciono anteriormente sobre los deseos de otras, me gustaría que, si vamos a construir espacios relacionales, incluyamos la idea de antagonismo, conflicto y disenso. Este no tiene por qué ser un lugar incómodo ni violento. Simplemente, un paréntesis en el que poner en debate las diferentes opiniones, deseos y necesidades de cada una de las personas que pasen o habiten el jardín, abriendo la posibilidad de que este sea cuestionado e intervenido. (…)
Querida Elena,
A medida que nos escribimos y leemos, cada uno de los espacios e infraestructuras que vamos sumando al jardín lo configuran como una naturaleza customizada y una suerte de oasis imaginario. (…) Me gustaría sugerir que dentro de este lugar no se permitan los productos de usar y tirar o las iniciativas que animen al consumismo. De esta forma, la siguiente propuesta podría ser un taller de reparación donde se dote de una segunda vida a objetos aparentemente inservibles, que ponga en relación al ser humano y la naturaleza y que sirva como punto de encuentro intergeneracional, para que se participe de forma colectiva en la creación de herramientas y escenarios de futuros más sostenibles. (…)
Admirada Clara,
(…) No es tanto esta idea de futuro (donde el ecologismo está en el centro) lo que me interesa (aunque también), sino el plantearnos la necesidad de hacer un ejercicio de resistencia por tratar de alimentar nuestra fantasía y ficción de imágenes y modos de vida que nos permitan imaginar un porvenir deseable. El jardín que estamos construyendo ya tiene mucho de esto, pero te propongo generar un espacio con juegos y herramientas que nos ayuden a pensar estos otros modos de hacer (…) y cuestionar así la lectura histórico-lineal e inorgánica del mundo e imaginar el futuro mediante otras herramientas que no sean las del progreso como lo hemos imaginado. (…)
Valoradísima Elena,
(…) Propongo una sala de proyecciones al aire libre para el jardín (…), es decir, algo similar a un cine de verano en el que se hagan ciclos temáticos sobre los asuntos que estamos abordando en nuestra correspondencia (...). Podríamos empezar, por ejemplo, con la proyección de aquellas películas en las que las flores y las plantas son las protagonistas; o con el género ciencia ficción, por su capacidad de ilustrar, performar y enjuiciar el presente mirando hacia el futuro. (…)
Querida Clara,
(…) Lo que te propongo para nuestro jardín y sus diferentes espacios (u oasis) es que estos estén articulados mediante largos caminos a través de los que pasear, con el objetivo de que este paseo, un tanto liminal, te permita dejarte permear por la travesía y por las paseantes que te acompañen en él. (…) Por último, me gustaría invitarte a que la próxima vez que activemos estas cartas que estamos leyendo, las transformemos en un paseo y que los cuerpos sentados que hay ahora, escuchándonos, estén caminando y modelando lo que hasta ahora hemos construido. (…)
Apreciada Elena,
Me apena pensar que esta es la carta que pone punto y final a la telaraña que hemos tejido los dos últimos meses entre Valencia y Madrid. Sin embargo, creo que podemos afirmar que, dentro de nuestro pequeño ecosistema especulativo, hemos sido capaces de metamorfosear la precariedad en fuerza motriz y reducir la distancia entre nosotras mediante afectos portátiles. (…) Volviendo la vista atrás, confío en que las semillas que hemos sembrado den sus frutos y más personas se animen a participar, añadir, construir o reubicar obras, espacios y propuestas en el jardín. (…) Termino esta carta con palabras ajenas que alguien me escribió y que hoy quiero escribirte yo a ti. Y es que, a fin de cuentas, “somos en todo momento jardín”.
Tras esta lectura entrecortada, entendemos que no es fácil imaginar nuestro jardín y que, quizá, de entrada, resulte algo complejo. Por ello, te invitamos a que fantasees y proyectes el tuyo propio (o el vuestro) y le des forma del modo que desees.
Caricias tecnológicas,
Clara y Elena
P.D.: nuestro jardín, además de constituirse de palabras, afectos, quejas y cuidados, tomó forma a partir de una serie de obras, películas, referencias, citas… que quisimos compartir e intercambiar y que aquí dejamos por si fueran de tu interés:
● Antagonismo y estética relacional - Claire Bishop
● Before the dissolution of our marriage my husband and I owned a bar. One day a toilet broke and we brought it home - Bill Owens
● Botàniques - Carles Ángel Saurí y Nuria Enguita
● Caminhando - Lygia Clark
● DiY Culture: Party and Protest in Nineties’ Britain - George McKay
● Ecotopía - Ernest Callenbach
● El jardín como engaño - Rosa Olivares
● El tecnofeminismo - Judy Wajcman
● Entangled - Pablo Sanz
● Fiestas Raras - Fran Quiroga
● Florilegio. Historia Política de las Flores (Tarot-floral) - Equipo Jeleton
● Frágiles: Cartas sobre la ansiedad y la esperanza en la nueva cultura - Remedios Zafra
● Flower Rondeau’ - Nobuyoshi Araki
● Giardino abusivo - Eugenio Tibaldi
● Heartbeat. Construcción de una ficción - Dora García
● La belle verte - Coline Serreau
● Little Joe - Jessica Hausner
● NVCLI (València)
● Ojos que acarician - Diego del Pozo Barriuso
● Recto para llegar al oasis - Álvaro Porras, Raúl Hidalgo y Esmeralda Gómez Galera.
● Ser fragilidad en movimiento - Gabriela Arguedas Ramírez
● Ser raritxs. Vivir en los márgenes - Fran Brives, Fran Quiroga, Putochinomaricón y Viruta
● Una proposición para corregir el mapa de la utopía. De la distopía a la ecotopía en Jardinosofía - Santiago Beruete
● Un bosque en París - Claire Simon
● Un jardín - Marina Gonzalez Guerreiro
● Zur Photosynthese (On Photosynthesis) - Jochen Lempert